Cómo fomentar la adquisición de las nuevas habilidades desde nuestro rol como líderes.
Vivimos en un mundo globalizado, flexible y dinámico. El avance de la informática, la conectividad global, los nuevos medios de comunicación, la longevidad, el resultado del mundo Big Data, las nuevas formas de producción en las organizaciones y la crisis del COVID-19 son factores que están transformando el universo laboral y, en consecuencia, las habilidades que se necesitan para participar activa y positivamente del mismo.
El escenario actual parece habernos llevado finalmente y de manera definitiva a valorar la adaptabilidad práctica por sobre el conocimiento teórico, la capacidad para aprender de manera constante por sobre títulos y doctorados, la flexibilidad por sobre la lealtad laboral. No es que haberse formado de manera tradicional haya pasado a ser irrelevante es, simplemente, que demostrar aptitudes como habilidades blandas y agilidad de pensamiento se ha vuelto mucho más imprescindible.
Las sociedades occidentales han sobrevalorado la inteligencia académica y la educación de corte intelectualista, hoy se plantea la necesidad de desarrollar competencias socioemocionales y cooperativas. Los tecnicismos de cualquier labor, por lo general, pueden aprenderse, la sensibilidad, el sentido común y el pensamiento analítico son, al fin y al cabo, más difíciles de desarrollar.
El Informe sobre el Futuro de los Empleos del Foro Económico Mundial señaló las siguientes habilidades laborales como las más importantes y demandadas para el año 2025:
- Pensamiento analítico e innovación.
- Aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje.
- Resolución de problemas complejos.
- Pensamiento y análisis crítico.
- Creatividad, originalidad e iniciativa.
- Liderazgo e influencia social.
- Uso, control y monitoreo de tecnología.
- Diseño y programación de tecnología.
- Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad.
- Razonamiento, resolución de problemas y generación de ideas (ideación).
El escenario parecería demandar que gran parte de la población mundial se capacite, fundamentalmente en las áreas de autogestión, trabajo colaborativo y desarrollo y uso de tecnologías. ¿Por qué? Porque no hay marcha atrás ni vuelta al estado anterior de cosas.
El mundo del trabajo se mudó de las oficinas a los hogares haciendo de la autogestión una necesidad absoluta para el buen funcionamiento de los equipos; la crisis pandémica nos hizo convivir codo a codo con la incertidumbre, haciendo que la resiliencia y la flexibilidad se volvieran herramientas imprescindibles para desenvolverse en el ambiente laboral de manera positiva; el enfrentamiento a problemas sin precedentes nos despertó a la realidad de que la cooperación es una actitud aún más efectiva que la competencia para alcanzar los mejores resultados. Cuando todos aportamos nuestro valor todos crecemos y todos nos vemos beneficiados.
Ahora bien, ¿qué pasos podemos tomar como líderes para acompañar el cambio de conciencia que se necesita y facilitar la incorporación de las nuevas aptitudes que se requieren?
- Liderar con el ejemplo: las habilidades blandas son, dentro de todo, “nuevas” al mundo laboral, será más sencillo para tus colaboradores incorporarlas si te ven practicarlas y ejercerlas de manera activa.
- Fomentar la diversidad y la inclusión: trabajar en ambientes diversos en donde todos tengan verdadera libertad de expresión dispone, naturalmente, al aprendizaje y a la colaboración. Lo que nos lleva al siguiente punto…
- ¡Estar abierto! De nada sirve rodearse de gente que mira el mundo a través de distintas ópticas si nos vamos a sentir amenazados cada vez que deciden levantar la mano. Muchas de las mejores ideas surgen a partir de este tipo de intercambios.
- Generar espacios concretos en donde se creen dinámicas de intercambio y aprendizaje específicos.
- Conocer a tus colaboradores, qué los motiva, cuál es su talento, para darles el rol que les corresponda de modo que puedan brillar y hacer brillar, en consecuencia, al equipo. Este tipo de disposición fomentará la creatividad, la originalidad y la iniciativa.
- Brindar oportunidades de capacitación concretas para aquellos colaboradores interesados en ampliar sus aptitudes técnicas en algún frente o tecnología innovadora.
El mundo cambió, es fundamental que cambiemos con él. Las nuevas habilidades llegaron para quedarse y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para facilitar y acompañar este cambio es nuestra responsabilidad como líderes.